La Defensoría del Pueblo participó en la Consulta Regional para América Latina del Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre los Afrodescendientes, realizada en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Este espacio tuvo como propósito avanzar en la construcción del proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre el respeto, la protección y la efectividad de los derechos humanos de las personas afrodescendientes.
La representación de la Defensoría estuvo a cargo Milena Mazabel, delegada para Grupos Étnicos, y Betty Moreno, delegada para la Orientación y Asesoría a las Víctimas. Su intervención destacó la importancia de este escenario como una oportunidad para reflexionar sobre las deudas históricas hacia los pueblos afrodescendientes y para formular propuestas que permitan fortalecer los instrumentos de protección de derechos humanos ya existentes.
Temas centrales de la agenda regional
En la consulta se priorizaron varios temas. Se abordó el reconocimiento y la forma de afrontar los problemas sistémicos y el racismo estructural, así como la necesidad de una justicia reparadora ante los legados del colonialismo y la esclavización. También se discutió la importancia de garantizar los derechos colectivos de las personas y pueblos afrodescendientes y de impulsar un desarrollo sostenible para reducir la desigualdad entre países. Adicionalmente, se trataron cuestiones emergentes de alto impacto para la agenda de derechos humanos, entre ellos, el papel de la inteligencia artificial, los efectos del cambio climático y la justicia ambiental.
Realidad colombiana: brechas persistentes y nuevos desafíos
Durante la intervención, la Defensoría del Pueblo recordó que Colombia es el tercer país de América y el Caribe con mayor población afrodescendiente, conformada por quienes se autorreconocen como personas negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. Sin embargo, persisten brechas estructurales que limitan el ejercicio pleno de los derechos reconocidos a esta población desde la Constitución de 1991 y la Ley 70 de 1993.
El continuum de violencias, ligado al pasado colonial y esclavista, se refleja en desigualdades sociales, económicas y en el acceso a oportunidades, afectando de manera desproporcionada a las comunidades afrodescendientes.
Crisis humanitaria en territorios afrodescendientes
En lo corrido de 2025, la Defensoría del Pueblo ha documentado un agravamiento crítico de la violencia y de las emergencias humanitarias en los territorios afrodescendientes, como se evidencia en el informe Pueblos Étnicos: entre la guerra, el olvido y la resistencia. Con corte al 31 de agosto de 2025, el 13 % de las personas registradas en el Registro Único de Víctimas corresponden a comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. Este panorama se agrava por la persistencia de confinamientos, desplazamientos forzados, asesinatos de autoridades étnicas, amenazas, masacres y la presencia de minas antipersonal, municiones sin explotar y artefactos explosivos improvisados en los territorios. No resulta ajeno a esta realidad que, de las 338 alertas tempranas emitidas por la Defensoría en 2025, 159 han estado relacionadas con afectaciones a estas comunidades.
Compromisos internacionales y llamado a la acción
En este espacio, la Defensoría reiteró su respaldo al Plan de Acción del Segundo Decenio Internacional para las Personas Afrodescendientes, que insta a los Estados a adoptar medidas efectivas para garantizar igualdad, justicia y desarrollo. En coherencia con este compromiso, se exhortó al Estado colombiano a ratificar la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, como un paso esencial para enfrentar los retos persistentes.
Finalmente, la Defensoría del Pueblo hizo un llamado a los Estados de la región y a la comunidad internacional a respaldar la Declaración Internacional en favor de las Personas Afrodescendientes como un instrumento que consolide compromisos globales frente al racismo y que garantice los derechos de los grupos históricamente discriminados. Solo mediante acciones conjuntas y sostenidas será posible avanzar hacia sociedades más equitativas, inclusivas y respetuosas de la dignidad humana.